Anabel Uzcátegui
2 de ago de 2023
Es un ejercicio mental vinculado a la autopercepción, la conciencia y la memoria
Seguro te has preguntado alguna vez qué haces hablando solo y, aunque muchos lo vean como algo extraño, es algo común en el ser humano. Pero, ¿qué ocurre en nuestro cerebro cuando hacemos esto? ¡Acá te lo contamos!
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Hablar con uno mismo es algo que nos caracteriza como especie, aunque hay quienes cuya voz interna permanece en bastante silencio, mientras que las de otras personas pueden ser bastante conversadoras.
¿Cómo sucede este diálogo interior?
Los expertos creen que lo que son estos diálogos internos, en realidad, son monólogos (porque solo intervenimos nosotros, aunque nos parezca encontrar diferentes voces) son una simulación del habla abierta. En otras palabras, no hay gran diferencia entre verbalizar y no verbalizar, de acuerdo con un artículo para 'Live Science'.
Lo que en realidad sucede en el cerebro, es un proceso similar a cuando se habla en voz alta. Así lo asegura Hélène Loevenbruck, investigadora principal de neurolingüística y jefa del equipo de lenguaje en el Laboratorio de Psicología y Neurocognición del CNRS, el instituto nacional de investigación francés.
Esto debido a que las regiones cerebrales activadas durante el habla interna son bastante parecidas a las que se activan durante el habla abierta o habla real.
¿Qué regiones se activan en el cerebro al hablar con uno mismo?
Las regiones que se activan en el cerebro al tener un diálogo interno incluyen el lóbulo frontal del hemisferio izquierdo y el lóbulo parietal, por ejemplo, que ayudan a procesar la estimulación externa.
La verbalización interna suele empezar entre los 5 y 7 años de edad
Algo que no es novedad, es que ellos niños son lo que más suelen dialogar en voz alta, ya que suelen hacerlo, por ejemplo, con los juguetes. Sin embargo, a partir de los 5 a 7 años, esa verbalización se inclina hacia adentro.
Luego, esta práctica se vuelve una especie de juego adulto, ya que hablar solo está mal visto por muchos. Sin embargo, en el fondo al cerebro le da igual cualquier prejuicio, por lo que busca las formas de seguir entablando conversaciones de todo tipo. Así, en el diálogo interno, estás jugando dos roles: tú mismo y la persona con la que estás hablando.
Fuente: El Confidencial
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