Carlos Graterol
16 de oct de 2023
Investigaciones revelan que la relación entre tus pensamientos antes de dormir y la calidad del sueño es crucial
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Cuando la noche llega y te sumerges en la cama, tus pensamientos a menudo toman el control. Ya sea planeando el día siguiente, reviviendo momentos incómodos o divagando por pensamientos aleatorios, lo que pasa por tu mente puede influir en la calidad de tu sueño.
Investigaciones revelan que la relación entre tus pensamientos antes de dormir y la calidad del sueño es crucial. Aquellos que duermen bien y quienes experimentan problemas para conciliar el sueño tienen patrones de pensamiento distintos.
Quienes disfrutan de un sueño reparador suelen experimentar imágenes visuales sensoriales al quedarse dormidos. Pueden visualizar personas y objetos, similar a un sueño. Sus pensamientos suelen ser menos organizados y más alucinatorios, involucrándose en actividades o eventos imaginarios que les entretienen.
En contraste, las personas con insomnio tienden a centrarse en pensamientos menos visuales y más orientados hacia la planificación y la resolución de problemas. Estos pensamientos suelen ser menos placenteros y más preocupantes, lo que puede contribuir a un ciclo de insomnio.
Además, las personas con insomnio suelen estresarse por su incapacidad para dormir, lo que puede aumentar la dificultad para conciliar el sueño. La ansiedad, la planificación y la preocupación sobre no poder dormir suelen ocupar sus pensamientos previos a acostarse.
Afortunadamente, existen técnicas para mejorar la calidad de tus pensamientos antes de dormir. Una de ellas es el "reenfoque cognitivo". Esta técnica consiste en distraerte con pensamientos placenteros antes de acostarte. Puedes elegir un escenario mental que sea atractivo pero no demasiado estimulante, como rediseñar una habitación o recrear una parte de un juego deportivo. Esto puede ayudarte a reducir la excitación cognitiva nocturna y mejorar la calidad del sueño.
La meditación y la conciencia plena también son útiles para controlar pensamientos intrusivos. Estas prácticas aumentan la autoconciencia y te permiten observar tus pensamientos sin juzgarlos. Al reconocer los pensamientos rumiantes, puedes liberarte de su influencia y relajarte.
Para lograr un sueño de calidad, establece una rutina constante de acostarte y levantarte a la misma hora, reduce el uso de tecnología por la noche y mantén una actividad física regular durante el día. Si tus pensamientos te abruman, prueba el reenfoque cognitivo y comienza a disfrutar de noches de sueño reparador.
En resumen, tus pensamientos antes de dormir pueden influir en la calidad de tu sueño. Entender cómo gestionar tus pensamientos puede marcar la diferencia entre una noche de insomnio y un sueño reparador. Fuente: Topadventure.com
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