Carlos Graterol
8 de sept de 2023
El verano de 2023 ha dejado su marca en la historia como uno de los más calurosos desde que se tienen registros
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Agosto, en particular, se ha destacado como el segundo mes más cálido jamás registrado, superado solo por julio de ese mismo año. Según datos del Servicio de Cambio Climático Copernicus (C3S), la temperatura global promedio en agosto de 2023 fue de 16,82 °C, lo que representa un aumento significativo de 0,71 °C en comparación con la media registrada entre 1991 y 2020 para el mismo período.
Este aumento de temperaturas no solo eclipsó al récord anterior, agosto de 2016, por 0,31 °C, sino que también subrayó una preocupante tendencia de calentamiento global. Este fenómeno no se limitó a una región específica, ya que tanto el hemisferio norte como el sur experimentaron temperaturas excepcionalmente altas. Países como Australia, partes de América del Sur e incluso la Antártida experimentaron un calor inusual durante el invierno austral.
Europa, por su parte, vivió un verano cálido pero con un promedio de temperatura de 16,77 °C, ligeramente por debajo del récord establecido en el verano de 2022. Este patrón variable subraya la complejidad del sistema climático global.
El calentamiento también afectó los océanos, con temperaturas superficiales excepcionalmente altas en varias áreas. Esto, combinado con condiciones de El Niño en desarrollo, desencadenó eventos hidrológicos notables, incluidas inundaciones devastadoras en algunas regiones.
El aumento de las temperaturas no solo se traduce en olas de calor, sino que también intensifica fenómenos meteorológicos extremos como tormentas y lluvias torrenciales. Esto se debe a que el cambio climático afecta la dinámica atmosférica y aumenta la disponibilidad de vapor de agua en la atmósfera.
Sin embargo, no todas las regiones experimentaron lluvias abundantes; algunas, como la Península Ibérica y partes de Europa Oriental, sufrieron sequías que dieron lugar a incendios forestales significativos en países como Grecia, Italia, Francia y Portugal.
Además, se observaron cambios en las regiones polares, con la Antártida experimentando una disminución sin precedentes en la extensión del hielo marino y el Ártico manteniéndose por debajo de la media.
Estos eventos climáticos extremos subrayan la urgencia de abordar el cambio climático y sus efectos globales. A medida que las temperaturas continúan aumentando, es probable que presenciemos fenómenos aún más extremos en diversas partes del mundo en los próximos años. Fuente: National Geographic
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