
Carlos Graterol
1 de nov de 2023
Cuando el estrés se vuelve crónico, puede afectar negativamente la piel.
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Demasiado estrés no es bueno para nadie. Además de causar agotamiento, problemas de sueño y presión arterial alta, el estrés también puede afectar la piel. El estrés es una respuesta natural a las amenazas percibidas y puede ser saludable en cierta medida, ya que desencadena la liberación de hormonas necesarias. Sin embargo, cuando el estrés se vuelve crónico, puede afectar negativamente la piel.
Las erupciones en la piel inducidas por el estrés son comunes y suelen manifestarse como urticaria, que son protuberancias persistentes y con picazón. Aquellas personas que ya padecen afecciones cutáneas como eczema, rosácea y psoriasis pueden experimentar brotes graves debido al estrés.
La urticaria es la erupción cutánea más común relacionada con el estrés. Esta afección puede desarrollarse en respuesta al estrés emocional o a la exposición al calor, como comer alimentos picantes. También puede originarse a partir del aumento de histamina, una sustancia química producida por el sistema inmunológico en respuesta a ciertos desencadenantes, lo que provoca la aparición de urticaria o ronchas. En caso de sufrir urticaria, es recomendable consultar a un médico para descartar otras causas potenciales.
Las erupciones por estrés suelen aparecer como protuberancias rojas e hinchadas que pueden surgir en varias partes del cuerpo, siendo más comunes en el rostro, el cuello, el pecho y los brazos. Pueden variar en tamaño, desde pequeños puntos hasta ronchas más grandes. Estas erupciones pueden aparecer repentinamente y desaparecer después de un período variable, aunque a menudo generan picazón y, a veces, sensación de ardor.
Prevenir el estrés es la mejor manera de evitar estas erupciones en la piel. Sin embargo, si ya se han manifestado, es posible tratarlas con antihistamínicos orales. Además, técnicas de reducción del estrés como la relajación, la meditación y terapias cognitivas pueden resultar eficaces. Tomar una ducha o baño frío al inicio de un brote puede aliviar la hinchazón y la picazón. Es esencial evitar rascarse, ya que puede empeorar la picazón y propagar bacterias.
En última instancia, controlar el estrés a largo plazo requiere mantener un estilo de vida saludable con una dieta adecuada, suficiente descanso y una cantidad moderada de ejercicio. Además, se pueden utilizar técnicas inmediatas de reducción del estrés, como la meditación y ejercicios de respiración. Mantener conexiones sociales sólidas y seguir un horario diario que incluya tiempo para comidas, ejercicio y actividades recreativas también es fundamental para prevenir los efectos negativos del estrés en la piel.

Fuente: CNN
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