Carlos Graterol
11 de abr de 2024
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Una serie de intensas tormentas azotaron el sur de Estados Unidos, dejando a su paso una estela de destrucción y caos. En Luisiana, un tornado desató el caos en la ciudad de Slidell, causando estragos en edificaciones y dejando a miles de residentes sin electricidad. Mientras tanto, en Nueva Orleans, las calles quedaron inundadas, paralizando el tráfico y exponiendo las deficiencias del sistema de drenaje de la ciudad.
El impacto de las tormentas se extendió por toda la región del Golfo de México, afectando a comunidades desde Texas hasta Florida. En Slidell, el tornado arrancó techos de edificios, causó derrumbes parciales y dejó a numerosas personas atrapadas en medio de la devastación. El alcalde de la ciudad, Greg Cromer, estimó que al menos 75 hogares y negocios resultaron dañados, mientras que otros cientos sufrieron daños en la periferia, según el presidente del distrito, Mike Cooper.
Imágenes impactantes mostraron calles cubiertas de escombros y vehículos volcados, mientras que los servicios de emergencia trabajaban arduamente para rescatar a aquellos atrapados por la furia de la naturaleza. A pesar de la magnitud del desastre, no se reportaron víctimas fatales ni heridos graves en Slidell.
El Servicio Meteorológico Nacional informó que el tornado que golpeó la zona fue clasificado como EF-1, con vientos que oscilaron entre 138 km/h y 177 km/h. Sin embargo, se prevén más evaluaciones para determinar la magnitud exacta y la trayectoria del tornado.
Este desastroso evento sirve como recordatorio de la vulnerabilidad de nuestras comunidades frente a los fenómenos climáticos extremos, así como la importancia de estar preparados y tomar medidas de precaución ante tales eventualidades. Fuente: Voz de América
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