Anabel Uzcátegui
6 de dic de 2023
Expertos en psicología han compartido sus consejos para evitar la obsesión con los complejos físicos
Los complejos físicos a menudo pueden convertirse en una obsesión y desencadenar un problema de autoestima.
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Desde preocupaciones sobre el peso y la forma corporal, hasta la piel, el cabello, el pecho, la nariz o los labios, los complejos físicos pueden convertirse en un gran problema.
Ante ello, hoy te compartimos algunas recomendaciones de expertos en materia de psicología para sobrellevar los complejos físicos de mejor forma y evitar la obsesión con los mismos.
¿Cómo afectan los complejos físicos a nuestra autoestima?
"Si bien la mayoría de las personas suele lidiar con normalidad con los complejos, es cierto que en algunos casos pueden tener un impacto importante en cómo nos autopercibimos y valoramos", explica Unai Aso, psicólogo de Buencoco.
Multitud de estudios asocian la percepción negativa de la propia imagen corporal con una baja autoestima. Esta relación se ve influenciada por factores culturales y sociales, donde los estándares de belleza inalcanzables pueden exacerbar la insatisfacción corporal y afectar negativamente a nuestra autoestima. En los casos más extremos, pueden derivar en trastornos como la dismorfia corporal y problemas alimenticios, entre otros.
Consejos para vencer los complejos físicos
De acuerdo con los expertos, no existe una sola forma de enfrentar estos complejos, ya que cada persona y su contexto son diferentes. Algunas recomendaciones, según sea el caso, son:
Acudir a psicoterapia: en algunos casos es necesario acudir a psicoterapia para que un profesional brinde su orientación para modificar esa percepción negativa y exagerada de los “defectos” del afectado.
Intervenir médicamente o realizar cambios en el estilo de vida: en otros casos, como en supervivientes de cáncer o en personas con obesidad sin trastornos alimentarios, a veces es necesario intervenir médicamente o realizar cambios en el estilo de vida y los hábitos para mejorar tanto física como psicológicamente.
Cultivar una relación saludable con uno mismo: en general, lo más importante es desarrollar una relación saludable con uno mismo y con el propio cuerpo, con una mirada compasiva. Esto implica entender y aceptar nuestras imperfecciones como parte de la condición humana.
Diversificar las fuentes de autoestima: es importante también diversificar las fuentes de autoestima, no limitándolas únicamente a la apariencia física, sino valorando otros aspectos como las habilidades, logros y relaciones personales.
Fuente: 20 minutos
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